Cualquier sociedad es un caleidoscopio de culturas, historias y realidades. De hecho, comprender por qué las personas actúan de ciertas maneras y no de otras mientras interactúan en comunidad es una inquietud que ha ocupado a los sociólogos durante varias décadas.
En esta línea, bien valdría la pena conocer, según la opinión de los expertos, por qué los colombianos tienen actitudes o comportamientos que, más allá de la alegría, calidez, creatividad y resiliencia que los caracteriza, también sobresalen por otras condiciones no tan positivas.
¿Somos una sociedad enferma o violenta por naturaleza? Es una de las preguntas que muchas personas se hacen luego de ver a algunos compatriotas protagonizar bochornosos incidentes como los presentados durante la Final de la Copa América en Miami, cuando centenares de hinchas colombianos quisieron ingresar al estadio a las malas y sin haber comprado la boleta. En otras palabras, su intención era colarse sin pensar en el perjuicio que esto generaría a los demás.
O qué pensar de la supuesta actitud violenta en el que se vio comprometido el mayor dirigente del fútbol colombiano, Ramón Jesurum, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, que, según él por defender a su hijo de aparentes improperios del personal de logística durante el mismo encuentro, terminó detenido por protagonizar una riña, lo que causó que pasará una noche en la cárcel, literal, como cualquier delincuente. ¿No es acaso el primer hincha que debería dar ejemplo?
Ambos sucesos generaron todo tipo de comentarios y críticas, tanto en noticias como en redes sociales; de hecho, hubo quienes calificaron ambos acontecimientos de vergonzosos y afirmaron que la sociedad colombiana estaba enferma y que solo se caracterizaba por ser sumamente violenta.
No obstante, esta aseveración, de acuerdo con Paola Moreno, directora del programa de Sociología de Areandina, sede Bogotá, no es del todo cierta, “pues solo es una simplificación que ignora la complejidad de los factores que configuran la conducta humana”.
Para Moreno, la violencia en Colombia no es un rasgo esencial de su identidad, sino es el resultado de una interacción de múltiples factores que se han entrelazado a lo largo de la historia en el país.
Solo basta con recordar lo que dijo Pierre Bourdieu, uno de los mayores representantes de la sociología contemporánea, … “el mundo social es un lugar de luchas simbólicas donde el poder se disputa en distintos niveles”, y es precisamente en este contexto donde se puede identificar algunos de los elementos que contribuyen a que algunos colombianos, no todos, actúen de forma violenta en diferentes ocasiones.
1. Desigualdad social: la brecha profunda entre las clases sociales que históricamente ha tenido el país, genera tensiones y resentimientos que, en algunos casos, se traducen en comportamientos violentos. “Según Karl Marx, fundador del llamado Socialismo Científico, las desigualdades económicas pueden llevar a conflictos sociales, y en Colombia estas disparidades son una de las principales fuentes de violencia”, señala Moreno.
2. Conflicto armado: esta problemática ha dejado cicatrices imborrables en el tejido social, creando una atmósfera de desconfianza y temor. “Este legado de violencia política, como lo explicó el reconocido sociólogo y matemático Johan Galtung, en su teoría sobre la violencia estructural, perpetúa patrones de comportamientos agresivos en la población”, agrega la docente de Areandina.
3. Cultura machista: las normas tradicionales de género en Colombia han consolidado actitudes que perpetúan la violencia, especialmente contra las mujeres y grupos minoritarios. “El sociólogo Anthony Giddens destaca que las relaciones de poder y dominación son fundamentales para entender cómo las normas culturales también influyen en las acciones violentas”, menciona.
4. Impunidad: la falta de justicia y el escaso castigo a los delincuentes alimentan un sentimiento de injusticia que puede llevar a la violencia como forma de resolver conflictos. “Max Weber, uno de los más distinguidos científicos sociales del Siglo XIX en Alemania y quien además es citado por los expertos como uno de los pioneros de la sociología, argumenta que la legitimidad de las instituciones es crucial para el orden social, y en Colombia, la impunidad socava esta legitimidad”, indica Moreno
5. Problemas de acceso a la educación: las barreras para acceder a este derecho fundamental en el país, por condiciones de vulnerabilidad y exclusión, pueden desembocar en violencia. Como sostenía Paulo Freire, uno de los más notables pensadores en la historia de la pedagogía a nivel mundial, … “la educación es un acto de liberación y la falta de acceso a ella priva a muchos de la oportunidad de romper con ciclos de pobreza y violencia”. En contextos donde este servicio no está al alcance de todos en Colombia, se exacerban las tensiones sociales y se perpetúan las desigualdades, generando un caldo de cultivo para la violencia.
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