A Israel
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A Israel


Más allá de su virtuosismo musical, de la inmensidad del Binomio de Oro, de su fama internacional y de su huella imborrable en nuestra identidad y cultura vallenatas que paseó con éxito frenético por Europa y América, Israel Romero, “El Pollo”, es una historia de lucha constante y de resiliencia por la vida, futbolista consumado superó totalmente un cáncer de riñón y la muerte ingrata de Rafael Orozco.


Por Stevenson Marulanda Plata -Presidente Colegio Médico Colombiano


Cuando Ricardo Gutiérrez, la mente brillante y la voluntad de hierro que creó Música sin Fronteras, me comunicó la decisión de que yo dijera estas palabras en este homenaje a Israel Romero Ospino, el fuego de la ansiedad me abraszó, con “S” y con “Z”, con tanta intensidad, que en ese momento sentí un enorme quemón en mi alma pueblerina, como si yo también hubiera nacido, con ellos, los Romero Ospino, en El cafetal de Villanueva, la tierra del mundo donde hay más músicos por centímetro cuadrado, como el mismo Pollo lo afirma.

A la izquierda Stevenson Marulanda Plata a su lado Israel “El Pollo” Romero.

En la casa de Escolástico y Ana Antonia, “La Nuñe”, revolotearon las mariposas amarillas desde muy temprano.

En la penumbra de la pobreza villanuevera y ante la incertidumbre del porvenir, la prole de nueve, como la corriente mansa de la creciente de Hernando Marín, estoica y por la orilla se levantaba, al amparo solamente de un viejo colitero, heredero del vagabundo Francisco El Hombre, un parrandero y remendador de los primeros arcaicos acordeones que llegaron a la provincia.

Dicen en la tierra de las mariposas amarillas:

“Meme sintió el peso de la mano de Mauricio Babilonia en la rodilla, y supo que ambos llegaban en aquel instante al otro lado del desamparo”.

Ese mismo peso, pero de las dos manos y los diez dedos de ese pelaíto, sintió la nerviosa sonrisa blanca, temblorosa y desnuda, de las hileras de pitos y bajos del acordeoncito del viejo Escolástico, peso que también sintieron sus maestros y hermanos mayores Rafa y Neo (Norberto), y el poeta Rosendo, Límedes, Misael, Yahaira y Dolvis Leiben la médica, que instintivamente se dieron cuenta que con sus ráfagas de notas estaban a salvo de la desesperanza y de los avatares de la incertidumbre del porvenir.

Los amores de los hermanos con el acordeón fueron furtivos y a primera vista desde muy niños. Su papá, el colitero, quería mejor suerte para ellos. No la de él, que tocaba íngrimo con su acordeón solitario varios días con sus interminables noches parrandas pantagruélicas por treinta pesos, a merced de la necedad de ricos parranderos de la comarca, a veces difíciles de pagar por esas cosas de las rivalidades entre esposas y cumblesas de La Guajira que le decían: — anda a cobrar donde te emborracharon.

Igual que Meme se entregó a Mauricio Babilonia, “sin resistencia, sin pudor, sin formalismos, y con una vocación tan fluida y una intuición tan sabia”, así mismo entregó el acordeón su alma al quinto de los nueve, al de los ojos claros de miel, y a su genético y portentoso talento.

Stevenson Marulanda Plata, Club de Valledupar, Homenaje a Isreal Romero

Ahora somos nosotros, Música sin Fronteras, Valledupar, tu Villanueva del alma, mi Fonseca entrañable, y La Guajira toda, toda Colombia y todo el mundo, los que queremos robarles los minutos a las horas para que nunca te pongas viejo y para que no te vayas a ir tan rápido como se fue Rafa y tantos grandes como tu, que nos abandonaron antes de tiempo, por eso te decimos como te dijo tu hermano Rosendo el día de tu cumpleaños este quince de octubre:

“Manito irra, Dios guíe siempre tu vida, para que tengas larga existencia y tu talento siga alegrando al mundo.

“Toda la trayectoria que has recorrido, es un gran ejemplo para las nuevas generaciones, tu legado es patrimonio para el mundo y de una dinastía.

“Perdurará tu obra por muchos años, y más aún, si tú preparas a los nuevos semilleros de la dinastía Romero, que están en embriones”.

“¡Feliz cumpleaños…! torerito del corral de Luis Celedón”.

Más allá de su virtuosismo musical, de la inmensidad del Binomio de Oro, de su fama internacional y de su huella imborrable en nuestra identidad y cultura vallenatas que paseó con éxito frenético por Europa y América, Israel Romero, “El Pollo”, es una historia de lucha constante y de resiliencia por la vida, futbolista consumado superó totalmente un cáncer de riñón y la muerte ingrata de Rafael Orozco.

Su espíritu generoso es la bendición de toda su familia, de su mujer Esperanza Lafourie, de sus hijos Israel David, actual cantante del Binomio, y de las mellas July y Cindy.

La dinastía Romero-Ospino es una verdadera dinastía con todas las letras del ADN musical, que se extiende con el “Morre” y El Pollo Juanra, Juan Rafael, hijo y nieto de Rafa, el mayor.

Irra, tu música es música porque la canta y la siente el pueblo, y seguirá siendo la banda sonora de nuestras vidas. Tu glorioso espíritu seguirá siendo fuente de nuestra inspiración. Y tu amor por nuestras raíces, por tu acordeón, tu eterno amor, tu confidente, tu extensión, por tu familia y tu tierra, seguirán siendo el rayo de luz que alumbra nuestro camino y el de las generaciones por venir.

¡Gracias Don Pollo!, como te dice Fernando Meneses, por regalarnos tu arte y tu pasión.

Gracias a todos ustedes amantes de esta alegría por regalarnos esta noche, este hermoso espectáculo de amor, amistad y música.

Club Valledupar, noviembre 10 del 2023.

noviembre 13, 2023

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