Después de la Eutanasia del Donante de Órganos (ODE), ¿qué sigue? Donación de órganos vitales en vida (LVOD, por sus siglas en inglés): regalar su corazón aunque no esté enfermo o muriendo.
Por Miguel Cocinar – Artículo originalmente publicado en www.bioedge.org
La eutanasia de donantes de órganos ya es radical, porque viola la regla del donante muerto (DDR). Esto establece que los órganos vitales solo pueden extraerse de donantes que están realmente muertos (lo que eso significa es otra controversia).
Disculpas a los lectores por haberse perdido este fascinante artículo en la revista líder Bioethics, pero conserva su relevancia.
El bioeticista danés Didde B. Andersen argumenta que la ODE es demasiado conservadora.
Si bien simpatizo con esta propuesta, no creo que vaya lo suficientemente lejos. En este documento, muestro que las razones clave presentadas a favor de permitir la ODE en realidad justifican una sugerencia de regulación de mayor alcance, que permita a las personas convertirse en donantes vivos de órganos vitales incluso cuando no están a punto de morir por otras razones.
Apela a los valores de autonomía y beneficencia.
¿Qué pasa con las personas que se enfrentan a unos años de deterioro de la salud? En lugar de ser miserables, podrían ayudar a alguien a vivir una vida saludable. ¿Qué pasa con las personas que han alcanzado una “vida completa”? Podrían salir mientras ayudan a alguien. Por supuesto, sería necesario que estas decisiones irreversibles fueran completamente autónomas.
“Deberíamos tener procedimientos que protejan contra… presiones”, escribe, “asegurando que las personas sean conscientes de que tienen derecho a ser tratadas y que no se espera que se sacrifiquen por los demás”.
Andersen concluye que “solo aceptar a personas que se están muriendo inminentemente como donantes elegibles para la donación de órganos vitales en vida sería objetablemente paternalista”.
Epicrisis es el órgano oficial de comunicación del Colegio Médico Colombiano. La opinión y conceptos personales expresados en los artículos firmados por un tercero no reflejan la posición de Epicrisis o el Colegio Médico Colombiano.
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