A principios de este año, la revista científica líder en el mundo, Nature, y sus publicaciones complementarias se embarcaron en una campaña para eliminar de sus páginas la discriminación y la desigualdad de todo tipo.
Han aparecido varios editoriales que explican cómo funcionará el nuevo énfasis en la diversidad, la equidad y la inclusión sin detrimento de la erudición y la libertad de expresión.
En la última entrega Nature se disculpa por publicar muchos artículos dañinos e hirientes, especialmente artículos de Francis Galton, el padre intelectual de la eugenesia moderna.
Entre estos elementos nocivos destacan los artículos de Galton. Aunque Nature no fue su principal editor, fue uno importante que difundió y legitimó sus ideas. Galton argumentó que la humanidad podría mejorar mediante la crianza selectiva de lo que llamó las personas más valiosas, inteligentes y talentosas.
En 1904, Nature publicó un artículo en el que pretendía evaluar la “distribución de los éxitos y de la capacidad natural” en los familiares de los miembros de la Royal Society del Reino Unido, y concluyó que “deben existir familias excepcionalmente dotadas, cuya raza es un activo valioso”. a la nación”.
La eugenesia fue el dernier cri en la ciencia y las políticas públicas a fines del siglo XIX y principios del XX. Nature la acompañó. Su segundo editor, Richard Gregory, quien dirigió la revista de 1919 a 1939, era un ferviente partidario de la eugenesia y un firme creyente en la superioridad de la cultura occidental. En un editorial escrito en 1921, afirmó que “las razas altamente civilizadas de Europa y América tienen siglos de desarrollo a sus espaldas” y que “las razas menos avanzadas, incluso de partes de Europa, como la península de los Balcanes, probablemente no asimilarán estos ideales durante algún tiempo por venir”.
Nature también expresa su contrición por su anterior “imperio, imperialismo, sexismo y racismo”. Dice que “Hay muchos otros ejemplos en los que Nature publicó puntos de vista ofensivos, dañinos y destructivos, envueltos en el velo de la ciencia”, incluso el antisemitismo.
Todavía en 2017, dice el editorial, Nature publicó un artículo ofensivo que demostraba cuánto tenía que aprender su personal. Contenía frases tan tendenciosas como:
Los defensores de figuras históricas controvertidas argumentan que deberían ser juzgados por sus logros y no por las normas modernas.
Sin embargo, borrar nombres corre el riesgo de blanquear la historia.
Los golpes de pecho por los pecados pasados son una experiencia completamente catártica. Sin embargo, el presente pronto se convierte en pasado. La pregunta más interesante es si Nature tendrá que disculparse por alguna de sus actitudes actuales. El “imperio” no es un defecto que se erradique tan fácilmente como la eugenesia.
Fuente: BioEdge
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