El Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021
Por Stevenson Marulanda Plata – Presidente Colegio Médico Colombiano
Como Aureliano Buendía en su laboratorio de platería, con un hisopo entintado, vamos a tener que remarcar cada ley o norma de salud con su nombre y su utilidad. O como su padre José Arcadio, que tuvo que construir la máquina de la memoria para acordarse de los inventos de los gitanos. De la misma manera, a nosotros nos tocará inventar cosas semejantes para acordarnos del nombre y utilidad de leyes, códigos, normas, políticas, planes, sentencias, decretos, y resoluciones. Es que Colombia, el verdadero Macondo, sufre de la peste del olvido.
De este carrusel de evasión de la memoria de los colombianos hace parte el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021, pues ya pasaron los diez años y como en Macondo, y como decía Úrsula Iguarán, el tiempo giró en redondo y no pasó nada, solo que después con las mismas intenciones vino el PAIS, el MIAS, el MAITE, la Ley Estatutaria y la Política Nacional del Talento Humano en Salud, y por último el finado proyecto de ley 010 del año pasado.
Este plan decenal concebido como “Un hito como ejercicio de movilización social sin precedentes en Colombia” fue anunciado como el imán en Macondo: “la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia”
“Para el año 2021 Colombia habrá consolidado el Plan Decenal de Salud Pública con la acción transectorial y comunitaria, para lograr la paz y la equidad social mediante la mejora del bienestar integral y la calidad de vida para todos los habitantes del territorio colombiano”.
Es que está enmarcado dentro de la Ley 1438 de 2011 y por eso dentro de sus páginas todavía se puede rumiar:
–Atención Primaria en Salud, Determinantes Sociales de la Salud, territorialización, redes integrales de salud, rutas integrales de salud, fortalecimiento de la baja complejidad y mejoramiento de su capacidad resolutiva mediante la implementación de la salud familiar soportada en talento humano organizado en equipos multidisciplinarios, motivado, suficiente y cualificado–.
Y, para completar la dicha, igual que la Política Nacional del Talento Humano en salud, también incluyó un programa nacional de formación y actualización del talento humano en salud con enfoque familiar y comunitario. Mientras tanto, los currículos universitarios siguen tan campantes sin inmutarse captando matrículas en sus ajardinados campus.
Y todo, fundamentado en el Plan de Desarrollo 2010 – 2014, y cuyas grandes metas eran entre otras: “
- Dar respuesta a los desafíos actuales en salud pública y consolidar, en el marco del sistema de protección social, las capacidades técnicas en los ámbitos nacional y territorial para la planeación, ejecución, seguimiento y evaluación de las intervenciones, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ONU, 2000). así mismo, plantea estrategias de intervención colectiva e individual, que involucran tanto al sector salud como a otros sectores, dentro y fuera de los servicios de salud.
- Los servicios de salud competirán en sus resultados de salud.
- Garantía de calidad y humanización: fundamento cultural de todas las instituciones.
- Articulación intersectorial y transectorial.
- Puesta en marcha de la Comisión Intersectorial de Salud Pública.
- Saneamiento fiscal y financiero.
- Asegurar la formación continua y las competencias necesarias para cumplir con las metas de salud del plan.
- Incrementar la resolutividad y disponibilidad.
Por último, el ya casi difunto plan, lapidariamente rumiaba al tenor de la ley 751 de 2001 artículo 42.2:
“La aplicación y materialización operativa implica un liderazgo territorial de gobernadores y alcaldes, para lograr la integración y el compromiso de todos los sectores y actores en su territorio.
“Los gobiernos departamentales, distritales y locales deben adaptarlo a su propia problemática y gestionarlo para su ejecución”.
Y como en Macondo, “el sistema exigía tanta vigilancia tanta fortaleza moral, que muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginativa, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante”
Bogotá agosto 2 del 2021
Deja un comentario