El mundo de hoy esta pasando por fuertes convulsiones sociales, políticas, demográficas y económicas. En el tema industrial, se habla de la entrada del – mundo a una nueva era: la cuarta revolución industrial.
Por. Alveiro Enrique Quintero Gómez – Chief Innovation Officer
De manera simple podemos definirla como la nueva forma en que se organizan los medios de producción enfatizando y acentuando la idea de una creciente y adecuada digitalización de las industrias; esto cambiará no solo la forma de hacer las cosas, sino también la manera en que viviremos, nos relacionaremos y aún el modo como disfrutaremos el mundo.
La velocidad a la que está sucediendo es impresionante, quienes estamos dentro del sector de las tecnologías y los negocios digitales, podemos ver de cerca esta rapidez, y no negamos cierta angustia al ver que esta “autopista”, es cada vez más amplia y su aceleración aumenta, mientras que nuestra capacidad humana se queda limitada.
Preocupa, entonces, como todos los sectores o verticales de la producción, entre ellos la salud, entiendan estos cambios, los puedan adaptar, apropiar y analizar como una oportunidad para transformar el sector y lograr la premisa que se debe tener: el mantenimiento del estado de salud de los ciudadanos.
La cuarta revolución industrial es una realidad, y generará tantos cambios, desde diferentes frentes, que para quienes no estén preparados para cuando esté en su máximo esplendor, será como un huracán que pasa y deja un sinnúmero de desastres.
En 1991 se presentó un cambio político en Colombia debido al surgimiento de una nueva constitución política. Esto posteriormente generó un marco normativo para todos los sectores, como la educación (Ley general de la educación) la salud (Ley 100), entre otras.
Ya todos sabemos lo que pasó con el sector salud y su relación con esta Ley, que no es el tema de este artículo. En 1998 comencé a entender el modelo de la Ley 100, cuando estaba apenas comenzando mi pregrado en salud. La ley se encontraba en la fase inicial de la implementación.
Hoy, después de 25 años de su implementación, y yo con 15 años de egresado, aún habita en el imaginario de todo el gremio que la Ley 100 tiene sus fortalezas y sus debilidades, pero la recordamos como una Ley que trajo más dificultades que facilidades.
Pues bien, permítanme decirles a todos los profesionales de la salud, que si la Ley 100 fue engorrosa para el sector, la cuarta revolución industrial tendrá una magnitud mayor y se puede convertir en una catástrofe profesional si no nos preparamos para ella, entre otras, porque como ocurre con las revoluciones, nadie sabe como contenerla, pero quienes decidan sumarse a ella, lo sentirán como entrar a un “océano de oportunidades”.
La idea de escribir este artículo surge durante la construcción del plan estratégico de ASSOSALUD con la junta directiva en enero de este año. Pero se comienza a consolidar cuando debatía con el presidente de ese gremio acerca de la importancia de sensibilizar por diferentes medios a los profesionales de la salud en estas olas de cambio que están sobreviniendo para poderlas entender y sacar el mejor provecho.
A continuación mencionaré algunas de las características de la cuarta revolución industrial y su relación con el sector de la salud.
Educación
La cuarta revolución industrial tiene varias características especiales. Primero está la velocidad con que se dan los cambios, que está transformando el modelo de educación tradicional, en cuanto a la flexibilidad y los contenidos.
Esto hará que desaparezcan carreras tradicionales y que nazcan nuevos programas (no necesariamente carreras), también modificará la capacitación del talento humano con base en la demanda de las empresas.
Si las universidades no se preparan para esta mutación serán las principales perdedoras, debido a que nuevos actores están entrando a suplir la brecha en el sector empresarial, ejemplo de esto es la empresa colombiana Platzi, creada por un joven emprendedor colombiano, la cual está revolucionando la educación tradicional al permitir que las personas se preparen sin necesidad de pasa por la universidad.
Investigación e innovación
En el sector de la salud, la industria de las multinacionales ha sido la dueña de la innovación y las universidades de la investigación básica. ¿Qué esta generando la cuarta revolución industrial? Un cambio trascendental.
La innovación se está democratizando y la investigación ya no solo la hacen las universidades, sino que las empresas y los mismos individuos la pueden llevar a cabo. Una particularidad es la manera en que está emergiendo un gran movimiento mundial de emprendedores jóvenes que vienen desde los colegios con la inquietud de generar soluciones y desarrollos para resolver los problemas sociales, entre ellos, los de su familia y comunidad.
Tal es el caso de Julian Ríos y Antonio Torres, jóvenes mexicanos que crearon un brasier que podría detectar el cáncer de mama: “gracias a biosensores adaptados a la prenda, se podrían registrar cambios de temperatura, forma y peso de los pechos. Cuando estos indicadores arrojen la posibilidad de una anomalía, el usuario sería alertado a través de una aplicación móvil”.
Un ejemplo complementario es el caso de la joven cubana, Anabetsy Rivero, quien creó un software basado en inteligencia artificial para detectar de manera más precisa el cáncer de mama. Los anteriores casos tienen varias particularidades: ninguno de los creadores son profesionales de la salud, tampoco pertenecen a la industria ni al sector de la investigación básica tradicional.
La pregunta que deseo dejar es ¿dónde queda el talento humano de la salud en esta revolución de oportunidades? No quedamos solo en la atención clínica o vemos en esta explosión de conocimiento y emprendimiento la oportunidad de generar investigaciones aplicadas, con metodologías ágiles que permitan rápidamente crear soluciones. ¿No es un escenario para generar nuevas oportunidades y fuentes de ingresos? o ¿tenemos que quedarnos irremediablemente observando como la ciudadanía y las empresas privadas aprovechan esta gran oportunidad de cambio?
Mercado laboral
En Colombia, el talento humano en el sector salud está pasando problemas serios dese hace varios años. Una de las razones principales se debe a que no hay los suficientes líderes que puedan representar los urgentes y numerosos intereses del sector.
Me preocupa y ocupa que la cuarta revolución industrial generará mayor desempleo si no adoptamos ese cambio, pero si lo hacemos estamos ante la oportunidad de tener en nuestras manos, porque no, un “salvavidas”.
Hace poco salió al mercado el libro de Andrés Oppenheimer, ¡Sálvese quien pueda!, y recomiendo a los lectores esta inversión de recursos y de tiempo para poder dimensionar la realidad del cambio que está ocurriendo y que seguirá, en especial en el tema del mercado laboral
Quiero finalizar este artículo animando a los profesionales de la salud a que tomemos el riesgo; sé que nos cuesta, por muchas razones, pero creo que tenemos un activo muy poderoso y es el conocimiento científico de cómo funciona el cuerpo humano.
Con ese saber, en contexto de la variabilidad de esta era, la generación de las tecnologías emergentes y el trabajo con equipos de innovación, emprendimiento, en alianza con las universidades, profesionales, egresados y empresas, se pueden obtener iniciativas para aprovechar el máximo estos vientos de cambio.
Termino dejando algunos retos que desde mi entorno estamos dispuestos a enfrentar:
Universidades
Egresados, en especial a los desempleados, que tal si convocan a los para que con sus activos de conocimiento generen nuevas ideas que permita mejorar la experiencia de la prestación del servicio de la salud en toda la cadena de valor.
Estudiantes
Deben tener un trabajo de investigación antes de finalizar su carrera aplicada que solucione una necesidad de la comunidad, con un producto mínimo viable que se haya probado. Si es exitoso, es la oportunidad de crear una nueva empresa en alianza con la misma universidad bajo modelos nuevos como los Spin-Off.
Empresas privadas de la salud
Apartar recursos de inversión que puedan fondear el desarrollo de las soluciones por equipos multidisciplinarios, aumentaría la capacidad de investigación.
Directivos y líderes gremiales
Acéptenlo, un nuevo cambio ha comenzado, y no retrocederá: “Espero verlos al otro lado y no desde el otro lado”.
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