Llegamos al cierre de un nuevo año de gestión y de 40 meses al frente de la Superintendencia Nacional de Salud, tiempo en el cual hemos atravesado por todo tipo de situaciones para proteger la vida y la salud de los usuarios.
Por Fabio Aristizábal Ángel – Superintendente Nacional de Salud
Suelo comparar nuestra tarea con la que debe encarar un capitán de barco que atraviesa océanos cambiantes, mareas desafiantes, vientos en contra y peligros que lo acechan a lo largo de la ruta.
En agosto de 2018 nos propusimos enderezar el rumbo hasta que ese entonces traía el sistema de salud -el barco del ejemplo- y desde el primer minuto de nuestro zarpe nos dimos cuenta de la urgencia de tomar medidas de choque que se venían aplazando.
Mediante órdenes de liquidación o revocatorias totales y parciales removimos del mercado 11 EPS que se habían convertido en obstáculos o icebergs para el acceso a la salud de sus afiliados.
Como consecuencia de estas decisiones 6.4 millones de usuarios -más de la novena parte de la población colombiana- ya cuenta hoy con mejores condiciones de atención en medicina general, medicina especializada y en autorización de tratamientos y procedimientos.
Nuestra bitácora incluye también la intervención forzosa administrativa que hemos desarrollado sobre los 16 hospitales regionales, los cuales encontramos en estados deplorables, carcomidos por las deudas y víctimas de las malas administraciones y los manejos politiqueros.
Durante nuestra travesía nos enfrentamos a ambientes enrarecidos que nos obligaron a librar duras batallas en lo jurídico, en lo administrativo y en lo reputacional: nos han dicho de todo y nos han intentado amedrentar de maneras indecibles.
En términos de la jerga marina, hemos visto de frente a piratas, a sirenas y hasta corsarios que acuden a todo tipo de maniobras para continuar privilegiando sus intereses personales y económicos a costa de los derechos de la comunidad.
Para no ir tan lejos, hemos identificado y documentado más de 70 malas prácticas o trampas por parte de los actores del sistema, con el único propósito de sacar provecho propio a costa de los recursos de salud.
Hemos confirmado que los males de nuestro sistema no son culpa del modelo de salud y que contamos con una normatividad sólida, con un libreto exacto que debe cumplir cada uno de los actores.
Nuestra brújula de la inspección, vigilancia y control sobre el barco de la salud seguirá activa, inspirada siempre en el compromiso de actuar y tomar decisiones que procuren dignificar la salud que reciben nuestros compatriotas.
Nos sentimos orgullosos de liderar el timonel de este barco y continuaremos en la ruta hacia buen puerto, consecuentes con el mandato que recibimos el primer día de este gobierno de proteger la salud y la vida de lo 55 millones de pasajeros del sistema de salud.
Fuente: Publicación digital de la Superintendencia Nacional de Salud. Revista Monitor Salud. Ed. 7 (Octubre – Diciembre 2021)
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