La importancia de hablar sobre sexualidad en la pareja permite que se estructure mayor confianza en la relación y esa comunicación se convierta en complicidad y no en frustrantes leyendas.
Por Dr. Carlos Pol Bravo – Médico Psiquiatra, U. de Barcelona, España – Máster en Sexología, U. de Valencia, España- Director Científico Central Médica de Sexología – Colombia
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Eliminemos en la sexualidad los terrores, mitos y leyendas.
En la oscuridad del tiempo siempre permanecieron ocultos la información, la educación, el conocimiento sobre la sexualidad para el vulgo a lo largo de la historia, a pesar del trabajo de muchos maestros como Trótula, la primera ginecóloga de la historia, allá por el siglo XII (Passionibus Mulierum Curandorum– Las dolencias de las mujeres), Maimónides, Averroes y muchos más que han dejado caer sus obras y conceptos en el transcurrir de tantos siglos como hojas por el viento al caer del otoño. Y luego, en nuestra época, Kinsey, Masters & Johnson, Helen Kaplan, Shere Hite, Miriam Stoppard, sin olvidar de nuestra Hispanoamérica, Liliana Arias, Francisco Cabello, Miren Larrazábal…
Todos luchamos contra esa terrorífica leyenda de…
La fuerza del macho que fecunda se imponía sobre la hembra fecundada. El sexo era procreativo. Para nada se pensaba ni mucho menos se valoraba fuese también armónicamente deseado, promovido por la propia pareja para su disfrute y comunicación, basada en una sexualidad cierta, no impuesta por mitos y leyendas de transculturalidades negativas.
El terror a salirse de este marco originó los mitos y leyendas que azotaron por milenios nuestra historia humana y aún están vivos.
La transculturalidad negativa que ha imperado, castigando la sexualidad o ciñéndola mínimo a moldes psicorrígidos, ha potenciado la falta de comunicación en la pareja, e incluso algunos tipos de disfunciones sexuales.
Con la revolución sexual de Masters & Johnsons, Helen Kaplan y Shere Hite, a mediados del siglo pasado, comenzó a abrirse una luz sobre una sexualidad seria, responsable y gratificante, continuada por famosos sexólogos actuales como los arriba mencionados, y tanto otros que, siguiendo esas rutas marcadas, han mantenido y conseguido se reafirme la sexualidad humana como un derecho, tal cual fue establecido en el XIII Congreso Mundial de la WAS el año 1997 en Valencia, España, donde tuve el honor de ser coordinador internacional. Y en éste, estando el Profesor Eli Coleman de Presidente de dicha sociedad, se proclamaron, como en varias ocasiones he comentado y debido a su importancia, los DERECHOS SEXUALES DE LA HUMANIDAD, que —y es una pena, habiendo pasado más de dos décadas— en muchos sitios, aún se desconozcan, con lo que se afecta a las nuevas generaciones.
Educación, confianza y comunicación conforman la trilogía sociosexual que debe imperar en este III milenio, ya por buen tiempo comenzado
La importancia de hablar sobre sexualidad en la pareja permite que se estructure mayor confianza en la relación y esa comunicación se convierta en complicidad y no en frustrantes leyendas.
Al haber realizado unos estudios en la sexualidad y las conductas de la pareja, sus inquietudes, temores —en ocasiones más por angustias y por desconocimiento que por las propias disfunciones— se concluyó, como refiere el Profesor Keith Hawton, del Grupo de Oxford, en su libro Terapia sexual, que en ocasiones, al conocer el origen del problema y debido a la mala información sobre el tema, un consejo breve basta. Y ¿por qué? podría preguntarse, con ironía o conocimiento académico. Pues porque las ansiedades focalizadas en sexología son debidas en alto porcentaje a la incultura o al temor a mencionarlas.
Todo esto me llevó a estructurar una conferencia titulada El erotismo, patrimonio de la pareja. Porque, al permitir la ya mencionada comunicación, ésta lleva a la confianza y, como el río llega a la mar, a su vez se convierte entonces en complicidad y, con el deseo, ¡se transforma en erotismo! Palabra más que válida en las relaciones sexuales humanas.
También los enemigos de la sexualidad están presentes
Hagamos un paseo a vuelo de pájaro por algunos de éstos…
- Considerar el sexo como una obligación, el tópico de “lo hago por complacerte”, “ya está bueno”, y demás “bellezas”, que con su resultado son negociaciones equívocas y de chantaje emocional.
- El egoísmo sexual, o el miedo a la intimidad y evitar promoverla.
- Los tabúes sociosexuales, la competitividad mal entendida, por desgracia, muy común en ciertas parejas, en que compiten hasta en el sexo y sus conceptos.
- La poca sensibilidad y la falta de confianza, destruyendo la posibilidad del patrimonio de la pareja antes descrito.
- Las celotipias y el machismo,entre otros, que impiden un desarrollo sano de la sexualidad en pareja, o en el propio afectado, quien, sin querer, en la mayoría de las veces, afecta, y no solo a su pareja, sino a sí mismo y su entorno familiar.
Aquí es donde podemos concretar que el peor enemigo del sexo es la prisa, el mutismo y el temor de “qué va pensar si le comento que deseo esto, o aquello…” Ese temor a comunicar los deseos, las caricias, forma de realizarlas…o vivirlas en otras palabras.
Todas estas inquietudes nos llevan a tratar ese marco de misterio y leyenda para desmitificarlo, quitarle esa piel de lobo que solo trae negativismo y transformarlo en sexualidad médica, social, gratificante y comunicativa.
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