La mención al “vampirismo” de algunos profesionales, desafortunada por cuanto aparece como una generalización, no se puede sacar de contexto. Responde al hecho de que hay directivos gremiales y colegas (¿muchos?), que se preocupan más por los intereses de las EPS que por los del propio gremio.
Por: Jorge Diego Acosta Correa, asesor de presidencia del Colegio Médico Colombiano
Vale la reflexión ética sobre nuestro desempeño. Un componente básico del profesionalismo que no debe caracterizar, al lado del conocimiento científico actualizado, del desarrollo de habilidades y de las competencias que deberíamos adquirir progresivamente.
Tiene razón el Doctor Trujillo al resaltar el componente ético individual, personal y la necesidad de no generalizar. Pero también vales las anotaciones de los colegas sobre las características de un sistema éticamente distópico, industrializado y comercializado, al punto de responder más a intereses de los inversionistas que a las necesidades en salud de la población, lo que induce, mediante los modos de contratación y pagos (a IPS y THS), al sobrecosto, a la sobrefacturación, al enfoque de atención de alta complejidad y costo, al sobretrabajo, a la negación de derechos laborales y a la no autonomía profesional.
La mención al “vampirismo” de algunos profesionales, desafortunada por cuanto aparece como una generalización, no se puede sacar de contexto. Responde al hecho de que hay directivos gremiales y colegas (¿muchos?), que se preocupan más por los intereses de las EPS que por los del propio gremio, porque aun siendo, por decir lo menos, oscuras sus cuentas y sus manejos financieros, que se les entregue más dinero, bajo el falso supuesto de resolver la crisis actual, agravada, del sistema de salud.
Como si los incrementos de la UPC llevaran a incrementar pagos y servicios de los prestadores, y a la remuneración y contratación justa del personal que atiende. Como si las deudas crecientes en el sistema, la negación de servicios, la escasez y no entrega de medicamentos, la tramitología, el abuso con las autorizaciones y las glosas, la imposibilidad legal y financiera de recuperar las EPS intervenidas y el cierre de servicios básicos fueran resultados recientes del actual gobierno y no la expresión de la crisis del sector, agravada por los recortes a las finanzas de los programas sociales por las Cortes y el Congreso.
Pero no basta con denunciar las falencias y desviaciones del sistema, y con trabajar por una reforma que no responda a la Ley Estatutaria, lo que son virtudes y tareas de muchos colegas y líderes gremiales. También se hace necesario formar a los individuos, a los colegas en la ética y el profesionalismo.
Tarea fundamental muy abandonada en pregrado, en las especialidades y en los programas de formación continua. Ni hemos centrado en formar médicos técnicos para el sistema, para atender enfermos y facturar, y eso ha dado lugar a una cultura muy arraigada, la base que explica porqué tantos de los nuestros no aceptan cambios.
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