Los menores pueden acceder a la eutanasia legalmente en Bélgica, pero sólo ha habido cuatro casos. El último es el de una joven de 16 años con un tumor cerebral que también donó sus pulmones, su hígado y sus riñones.
Fuente: BioEdge
En otros países, esto sería increíblemente controvertido. ¿Puede una niña de 16 años consentir su propia muerte con conocimiento de causa? ¿Se la presionó para que donara sus órganos? ¿Se le hizo sentir que su vida era inútil a menos que ayudara a otra persona donando sus órganos?
Un artículo del periódico belga Le Soir describía el procedimiento, pero no se planteaba ninguna de estas preguntas. En su lugar, describía a una chica encantadora, cariñosa y generosa. “J’en ai assez, je veux mourir. En aidant des gens. Estoy harta, quiero morir. Ayudando a la gente”, rezaba el titular.
La eutanasia tuvo lugar en un hospital y duró 36 horas, según Le Soir. Primero la anestesiaron, luego la intubaron y la ventilaron. Se examinaron sus órganos y se anunciaron en la red europea de donación Eurotransplant. Finalmente recibió una inyección letal pocos días después de cumplir 16 años.
La joven nació en Luxemburgo, pero se trasladó a Lieja, ciudad de Bélgica, tras diagnosticársele un tumor cerebral. Cualquier persona que resida en Bélgica desde hace seis meses tiene derecho a la eutanasia.
El periodista, Alain Lallemand, escribe: “La cojo de la mano para asegurarme de que nos entendemos bien, de que no hay malentendidos. Sí, quiere morir, sin demasiado retraso. Pero no de cualquier manera. Dejará este mundo por
El periodista Alain Lallemand escribe: “Le cojo la mano para asegurarme de que nos entendemos bien, de que no hay malentendidos. Sí, ella quiere morir, sin demasiada demora. Pero no de cualquier manera. Dejará este mundo por la puerta grande, la de las almas generosas. Quiere dar su corazón, su hígado, sus riñones, sus pulmones, quiere dar su cuerpo a quien lo necesite aquí en la tierra, ya que esta vida no la quería de verdad y ella decidió a regañadientes subir a buscarla.”
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