Carta de despedida a ANIR
Actualidad, Opinión

Carta de despedida a ANIR


Confío y tengo la más profunda esperanza de que vendrá una nueva Junta Directiva que continuará trazando las metas que perseguirán el objetivo de cumplir el fin misional de ANIR.


Por Juliana Moreno Ladino – Presidente ANIR Centro

A veces, no me alcanzo a creer todo lo que sucedió en estos últimos cuatro años de mi vida. Parece que me acabaran de llamar para avisarme que ingresé a la residencia. Enseguida puedo nombrar varias personas, experiencias, momentos y aprendizajes que considero fueron trascendentales para mi formación como especialista.

Sin embargo, no existe un solo momento que se equipare al hecho de haber sido parte de la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR). Para empezar, quiero decir que vivo profundamente agradecida y honrada de haber pertenecido a la junta de trabajo de la agremiación que logró, a punta de esfuerzo, entrega y pasión de varias generaciones de estudiantes, un hito histórico en la historia de los médicos del país.

Pareciera mentira que hasta hace dos años los residentes no recibieran ninguna remuneración por su trabajo, y como lamentablemente sigue sucediendo, pagaran sumas exorbitantes de dinero por hacerlo. El sinsentido: pagar para trabajar. Y después, aún en medio de imágenes y meses confusos, esa misma ANIR se hubiera parado como siempre firme ante la pandemia de Covid-19. Incluso, más adelante, con la puesta en escena de las movilizaciones sociales que midieron el aceite de agremiaciones y sociedades científicas frente al tema de la reforma de la salud, la ANIR estuvo al lado de quienes salieron a marchar, quienes tuitearon y protestaron. Esa defensa continua e interminable de los derechos fundamentales que define a los movimientos, que no permite tibiezas ni posturas incongruentes.

No conozco otra gestión, otro activismo, de esta magnitud. Todo el trabajo que se realiza persigue siempre el interés colectivo. Así, a pesar de haber tenido momentos en los que prevalecían el miedo, la frustración o el cansancio, siempre hubo un motivo más grande por el cual seguir defendiendo esta causa justa y digna como la de la agremiación de internos, rurales y residentes. Me voy con la sensación de haber encontrado el mejor lugar y el más honorable cometido que alguien en la residencia pueda tener, con la tranquilidad de que como Asociación no hemos sido nunca pasivos ante el convulsivo despliegue de afrentas que amenazan con lesionar los derechos y logros sociales conseguidos con tantos años de trabajo conjunto.

Debo agradecer a los ex-presidentes de ANIR: la Dra. Carolina Corcho y el Dr. Luis Carlos Leal, quienes no dudaron un segundo en aconsejarme y fueron siempre el modelo de lideresa y líder que considero necesita la sociedad colombiana. También, me llevo el recuerdo especial del Dr. Nelson Contreras, maestro empedernido de la Ley Estatutaria de Salud. A las juntas directivas pasadas, coordinadores y trabajadores de ANIR, les debo la paciencia y amor con. que me enseñaron e impulsaron en mi trabajo de representante.

Confío y tengo la más profunda esperanza de que vendrá una nueva Junta Directiva que continuará trazando las metas que perseguirán el objetivo de cumplir el fin misional de ANIR y que mitigará los errores que como humano, y sobre todo, personas en formación, pudimos haber cometido. Estamos aún con la deuda de la regulación de matrículas de posgrados y la suspensión del pago de contra-prestación monetaria que, ilegalmente, aún varios hospitales cobran a las universidades por permitir el trabajo de los residentes. En mora, también, de solventar una situación de sostenibilidad financiera que paradójicamente ha surgido conforme a los residentes han empezado a recibir una remuneración pero no es paralela a la afiliación de los mismos a ANIR.

Por encima de todo, estamos en una situación coyuntural electoral que el año pasado nos tuvo en jaque frente al proyecto de reforma a la salud y frente al cual la ANIR, como miembro de la Junta Médica Nacional. debe encarar con las banderas de la Ley Estatutaria.

Me voy con esas incertidumbres pero con un optimismo que me dice que ANIR estará bien. Porque después de todo, ANIR cambió la vida de todas las generaciones de residentes en el país y ese hecho histórico es una bandera firme en medio del mar de dudas que rodea a la lucha y al activismo gremial.

Gracias ANIR

marzo 29, 2022

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